Jesús Ulloa Barrocal
Facua Castilla y León
En los años 90, cuando salieron a la venta las bombillas de bajo
consumo (pequeño fluorescente con casquillo roscado estándar o casquillo
grueso) cambie a la vez todas las bombillas de esas características de
mi domicilio. Compré de diferentes marcas y recuerdo que estaban
fabricadas en Holanda, Bélgica o España y su durabilidad era de unos 6
años (en las cajas ponía 10 años). Años después, se fabricaron las de
casquillo estrecho o fino y guarde todas las bombillas de “vela” y puse
todas ellas de bajo consumo. Estas bombillas eran de marca conocida,
pero estaban ya fabricadas en países de Europa del Este como
Checoslovaquia. A partir de esa fecha, todas, digo todas las bombillas
de bajo consumo ya me duraban menos tiempo, unos tres años (seguían
poniendo en las cajas que su durabilidad era de 10 años). En esas fecha,
los fabricantes de bombillas de bajo consumo habían introducido de
forma descarada la “obsolescencia programada” es decir, fabricarlas con
un limite de durabilidad para que los consumidores estemos continuamente
comprando bombillas, sin preocuparles el consumo energético y de
materias primas gastados en su fabricación.
En las primeras bombillas que se fabricaron indicaban en la caja “10
años de vida”, posteriormente indicaban “7 años de vida”, después ponían
“duración 8.000 horas” “duración 3.000 horas”, luego cambiaron la
información a “duración promedio de una bombilla equivale a 8 bombillas
de incandescencia” y en la actualidad ponen “larga vida”, “larga
duración”, etc. Todo una mentira, al ahorro de energía lo pagaba con
creces comprando bombillas.
Sin entrar en el consumo de energía y materias primas utilizadas para
el proceso de su fabricación y la composición de mercurio que contiene
en su interior que la define como producto muy tóxico y peligroso, el
ahorro de energía cuando se utiliza estas bombillas podía estar entre
cinco veces más que las de toda la vida.
El precio de una bombilla de bajo consumo hace más de 20 años, se
situaba en unas quince veces el precio de una incandescente (13€=0,80€) y
con el paso del tiempo, estas bombillas “ecológicas” bajaron su precio y
en la actualidad están 4=1, pero aun así, en su relación calidad precio
siguen siendo muy caras, ya que su durabilidad es mas baja en la
actualidad, que las fabricadas hace más de veinte años.
A últimos del año 2010, me di cuenta que las bombillas llamadas de
bajo consumo o “ecológicas” que usaba en mi domicilio duraban cada vez
menos, las que tenia en el pasillo y en el WC en torno al año y el resto
dos años.
Para poder comprobar fehacientemente la durabilidad de las bombillas,
instale bombillas de bajo consumo para todo el portal de mi comunidad
de vecinos, tanto las de casquillo estrecho como de casquillo estándar.
Compré bombillas de todas las marcas que encontré en Medina del Campo
–Valladolid : Philips, Cegasa, Corona, Osram, Hyundai, Digilamp,
ExtroStar, etc, y según las colocaba en las lámparas ponía la fecha con
rotulador indeleble.
Cada vez que se estropeaba una bombilla, indicaba al lado de la fecha
que puse su primer día de uso la fecha que en la que se había “fundido”
e instalaba una nueva bombilla de bajo consumo. Acudía a la tienda
donde compré la bombilla, con su caja correspondiente donde indicaba su
duración, para que me la cambiara por otra nueva, ya que estaba en
garantía y me daba otra nueva.
Durante dos años y medio he instalado muchas bombillas de bajo
consumo en toda la escalera de mi comunidad y la durabilidad de las
mismas es de entre seis meses las que se encienden con el reloj de la
escalera y doce meses las que permanecían encendidas toda la noche. Una
estafa.
Debemos de reprender y boicotear a los fabricantes no comprando estas
bombillas, hasta que cambien de actitud y dejen de engañarnos.
A partir de ahora, cada bombilla que se funde instalo una incandescente de las que guardé hace años.
De: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2014/01/21/la-estafa-de-las-bombillas-de-bajo-consumo-o-ecologicas/
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