1.-
Refuerzo de la protección penal del tipo básico del delito de
maltrato animal,
incluyendo
a los animales salvajes,
como
de la ampliación de la protección penal frente a los abusos
sexuales de los que pueda ser víctima cualquier animal.
Para
ampliar esta protección penal frente al maltrato a los animales
salvajes se propone la fórmula ya tomada tanto por el legislador
alemán en la TierSchG,
que utiliza el concepto de animal vertebrado (Wirbeltier),
esto es, aquel que posee columna vertebral, desarrollo simétrico
dual y sistema nervioso central, como por el legislador británico,
que utiliza idéntica definición del animal protegido al amparo de
la Animal
Welfare Act 2006,
ya que ello permite ampliar el campo de protección a animales que
poseen idéntica capacidad de sufrimiento y que son, por tanto,
igualmente susceptibles de ser maltratados si se topan con el agente
criminal.
2.-
El
incremento
de las penas,
tanto las privativas de libertad como las de las inhabilitaciones
especiales (la de tenencia de animales y la del ejercicio de
profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales).
3.-Hará
posible que el autor del maltrato animal tenga que cumplir
ineludiblemente la pena en prisión.
4.-
La creación de la pena de privación definitiva del derecho de
propiedad y/o posesión sobre el animal víctima del maltrato,
tal y como ya prevé la legislación penal inglesa para los delitos
de maltrato animal (Animal Welfare Act 2006, sección 33).
Los
casos ocurridos y que han consternado a la sociedad, de varios
jabalíes, uno empujado por un acantilado y otro, recientemente,
golpeado y ahogado hacen necesarias estas modificaciones en la Ley
para dar cobertura a animales que tienen la capacidad de sufrir y que
por tanto deben ser protegidos.
Sea
salvaje o doméstico, la Ley debe evitar maltratos y sufrimientos a
los animales, acorde a la creciente sensibilidad de la ciudadanía.
Partiendo
del hecho de que los animales salvajes tienen capacidad de sentir y
por tanto de sufrir dolor, son animales que también pueden ser
víctimas de actos de maltrato animal diferenciados claramente de los
actos de cazar o pescar.
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