El
TTIP es el más reciente intento de ampliar los horizontes financieros de
la reducida élite económica, con consecuencias contrarias a un orden
económico más equitativo y sostenible. Se está desarrollando una amplia
campaña (#noalTTIP) para exponer lo que supone este acuerdo comercial e intentando construir un movimiento global que evite este apropio de mayor poder en manos de las corporaciones transnacionales.
A medida que se aproxima la quinta ronda de negociaciones de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP)
que tendrá lugar en Bruselas esta semana, los grupos de la sociedad
civil se siguen movilizando en contra de este tratado de Libre Comercio
que están negociando Estados Unidos y la Unión Europea. Este acuerdo
supone una amenaza para los servicios públicos, el medio ambiente, los
alimentos, la privacidad y los principios democráticos. El pasado
sábado, cerca de un millar de personas ocuparon la plaza donde se
encuentra una sede de la Unión Europea en Londres exigiendo que poner a
estas negociaciones, que darían un poder sin precedentes a las grandes
multinacionales de alimentación.
Cientos de
miles de personas han firmado en los últimos meses peticiones
socilitando una total transparencia por parte de nuestros representantes
políticos de lo que se está negociando, oponiéndose a esta nueva
ofensiva, con consecuencias potencialmente devastadoras. Los medios de
comunicación pueden publicitar que si el aumento del crecimiento
económico y que si se van a crear puestos de trabajo, beneficiando a
las economías de los países de la UE y Estados Unidos, pero en realidad
se trata de un Caballo de Troya en manos de las Corporaciones, que verán
aumentar en su beneficio la desregulación, la liberalización y las
privatizaciones.
Como se explica en la campaña #noalTTIP,
el objetivo del TTIP no es estimular el Libre Comercio eliminando los
aranceles entres los distintos países, ya que actualmente se encuentran
en niveles mínimos. Más bien, la verdadera intención es eliminar las
barreras normativas que restrigen la venta de ciertos productos y la
extensión de ciertas prácticas por parte de la multinacionales, a pesar
de que estas normas regulan los alimentos o se recoge la normativa ambiental.
La
inclusión en este Tratado de que las controversias existentes entre un
Estado y una Empresa Multinacional sean resueltas por tribunales
secretos con presencia de las propias Corporaciones, es uno de los
puntos más conflictivos. Con la concesión a las Corporaciones del
derecho a demandar a los Gobiernos ante los Tribunales de Arbitraje
Internacional sobre las decisiones de sus políticas públicas que puedan
influir negativamente en sus resultados, podría suponer la anulación de
leyes y reglamentos aprobados por los parlamentos nacionales. A través
de estas disposiciones, cambia el estatus jurídica de los Estados, donde
estos se someten a las Corporaciones, en lugar de ser al revés.
Una situación alarmante
Durante
la campaña en contra del Tratado se está intentando exponer lo que
supone este Acuerdo comercial y por qué deberíamos estar preocupados por
ello. En particular, supone una mayor liberalización del comercio de
servicios y hará más difícil para los Gobiernos regular a las empresas
que prestan servicios públicos, en las áreas de salud y educación. Y los
mecanismos de arbitraje internacional podrían impedir un futuro control
de los servicios pulicos por parte de los Gobiernos, debido a la
amenaza de constantes litigios. Ya existen temores de que estemos ante
una mayor privatización progresiva de las escuelas y los servicios
nacionales de salud.
Además,
supondría imponer los criterios Corporativos en los sitemas
alimentarios, dando a las grandes empresas agrícolas un poder aún mayor.
También resultará imposible la imposición de medidas de corrección del
sistema financiero y flujos de capital, debido al poder que las
multinaciones ejercerían a través del mecanismos de arbitraje
internacional. Las probabilidades de una nueva crisis financiera a nivel
internacional serían mayores al impedirse una regulación del sector
bancario.
El TTIP es sólo uno de los acuerdos comerciales que está negociando Estados Unidos. También se encuentran en curso otros: Asociación Transpacífico (TTP) y el Acuerdo Comercial de Servicios (TISA).
Todo ello podría suponer la mayor transferencia de poder al capital de
las multinacionales, algo no visto hasta ahora. Pero, como señalan World Development Movement (WDM) y
otros grupos, se constituirá la mayor zona de libre comercio en el
mundo, y podría suponer el nuevo estándar de futuros acuerdos
comerciales, y también serviría para introducir mayores desregulaciones y
nuevas políticas neoliberales en los países más pobres.
Las
consecuencias son contrarias a un orden económico más equitativo y
sostenible. No sólo esta oleada de acuerdos comerciales está abriendo
las puertas al aumento del poder de las Corporaciones, con una mayor
agresividad en la administración de los recursos y servicios comunes,
sino que también se extiende la amenaza a todos los rincones del mundo y
caer en las redes del capital transnacional. En resumen, el TTIP es el
último intento de ampliar los horizontes financieros de la reducida élite económica, desmantelando
y debilitanto los sistemas establecidos de intercambio económico que
actualmente existen a niveles local, nacional y mundial. Resulta
imposible concebir un nuevo paradigma económico basado en compartir y no
en la competencia por los recursos. Mientras, a nuestros líderes
políticos parece no interesarles los niveles de pobreza, desigualdad y
destrucción del medio ambiente que estamos alcanzando.
Una visión alternativa
A
ambos lados del Atlántico, los activistas están tratando de construir
un movimiento a gran escala, solicitando el cese completo de las
negociaciones y acuerdos similares. En palabras de Nick Dearden, de la
WDM, sólo un movimiento mayoritario y diverso puede dejar en punto
muerto estos peligrosos planes. Todavía hay posibilidades para que el
acuerdo TTIP no sea algo inevitable, recordando por ejemplo el éxito
para acabar con el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) en el año 1196, o el estancamiento de los Acuerdos de Asociación Económica (AAE),
debido en gran parte a la labor de los activistas en favor de una mayor
justicia en el comercio. Ya al Presidente Obama se le han negado en el
Congreso poderes especiales para negocial el TTIP, y la Comisión Europea
se ha visto obligada a celebrar una consulta pública.
Según la
coalición #noalTTIP, todo está por decidir. Lo que hace falta es un
movimiento lo suficientemente fuerte como para hacer frente al poder de
las Corporaciones. El TTIP encierra tantas cuestiones que proporciona un
terreno adecuado para una campaña global contra él. Para tener éxito se
requiere que los ciudadanos se comprometan y entiendan qué está en
juego. Muchos activistas dicen que no nos podemos encerrar en una
posición anti, sino que hay que ofrecer alternativas, una nueva política de comercio e inversiones que defienda el bien común. El Mandato Comercial Alternativo ha
realizado una valiosa labor para explicar los principios sobre los que
sustentar esta visión, considerando al comercio como “ un instrumento
de distribución equitativa de la riqueza en el mundo, dando a las
personas acceso a recursos, bienes y servicios necesarios para el
cumplimiento de sus necesidades”.
De todos
modos, la idea de un reparto más justo de la riqueza y de los recursos
se está convirtiendo en una fuerza poderosa que puede propiciar un
cambio en el escenario internacional. Junto a los debates e importantes
experiencias que se están desarrollando en diferentes países, hay
razones para creer que se puede lograr un cambio social. Pero es
necesaria una oposición concertada contra la agenda neoliberal, que
nunca ha sido más urgente y de tan grandes proporciones. Y nunca ha
estado más claro que hay visos de cambio: solidaridad, creatividad y
mayor participación popular.
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Adam W. Parsons es el editor de Repartiendo los Recursos del Mundo (STWR), una campaña de una ONG que busca la justicia social basada en el principio de compartir. Puede visitar el sitio web de Adam.
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Procedencia del artćiulo:
De:
http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2014/07/17/crece-la-oposicion-al-tratado-transatlantico-de-comercio-e-inversiones-con-estados-unidos-ttip/
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