Bajo la nueva ley, será ilegal cultivar, reproducir o comercializar
cualquier semilla vegetal o árbol que no haya sido probado y aprobado
por una nueva “Agencia de Variedades Vegetales de la UE”, que va a
elaborar una lista con las plantas autorizadas. Por otra parte, se debe
pagar una tarifa anual a la Agencia para mantener esas semillas en la
lista, y si no se paga no se pueden cultivar.
Se trata de una semana muy agitada. Últimamente la gente ha estado
enviando correos electrónicos, cientos de miles, sobre este asunto.
Parece ser que se han producido algunos cambios importantes del última
hora en el proyecto de ley, incluso algunas modificaciones se hicieron
el domingo por la noche.
Aunque todavía se trata de una mala ley, es mucho menos mala que la redacción inicial, o incluso que otros proyectos. Esto se ha debido a la presión ejercida por muchas personas. De todos modos, debemos estar vigilantes para asegurarnos que no haya cambios a peor, ya que lo que pasa a través de la UE se traduce en leyes en los países que la forman. He aquí un resumen de la situación actual. Un enlace al final de artículo permite la descarga del proyecto de ley.
La nueva Ley de semillas disminuye el acceso a semillas para su uso en el hogar y restringe los cultivos de los agricultores.
Después de muchas protestas e intensas presiones por parte de grupos de consumidores, pequeños agricultores,
bancos de genes, e incluso algunos Gobiernos de los Estados miembros,
se han hecho algunas modificaciones de última hora, que aunque no
resulta en una ley perfecta, se ha reducido mucho el impacto.
Las concesiones de última hora, debido a la presión pública, son las siguientes:
* Los jardineros están autorizados a guardar e intercambiar semillas no aprobadas sin que por ello se infrinja la ley.
* Individuos y pequeñas organizaciones pueden proveerse de semillas de hortalizas no aprobadas, siempre y cuando tengan menos de 10 empleados.
* Los bancos de semillas pueden guardar semillas no aprobadas, sin que por ello se infrinja la ley.
* En una futura legislación ( sin especificar cuándo) se regulará las semillas aptas para la agricultura ecológica.
Para el resto siguen las restricciones, y a largo plazo será más difícil
para las personas hacerse con buenas semillas para cultivar en su casa.
También hay cláusulas que podrían revertir concesiones anteriores sin
tener que pasar por el Parlamento para su votación.
Estamos pensando en cuál será el próximo paso. Parece ser que la ley
pasará al Parlamento para su modificación o aprobación, por lo que
todavía hay posibilidades de cambios, sean para bien o para mal. Debemos
continuar en nuestra campaña para que sólo se aprueben mejoras a la
ley.
Ben Gabel, cultivador de plantas y director de The Real Seed Catalogue, dijo:
“El proyecto de ley era horrible, y es bueno observar que la Comisión ha respondido satisfactoriamente a las peticiones de cientos de miles de ciudadanos que levantaron sus voces contra ella. Han hecho algunas importantes concesiones para el cultivo en casa y los pequeños agricultores, aunque es una pena que no se pensase en ellos en primer lugar.
Sin embargo, todavía hay consecuencias
negativas. Tendrán derecho a acceder a las distintas variedades
vegetales los jardineros, los agricultores ecológicos y los agricultores que cultiven para los mercados locales a pequeña escala.
Esto se debe a que el principal sistema de
registro no facilita el uso en el hogar (jardines, huertos) – las
variedades para el uso casero no cumplen con los estrictos criterios de
la Agencia de Variedades Vegetales, que sólo se preocupa por aprobar las
semillas utilizadas por la Agricultura Industrial.
Debido a esto, las empresas de semillas
registraban y vendían variedades de semillas para uso no profesional en
el ámbito doméstico. Bajo el nuevo sistema, que ahora las denominan como
variedades “locales”, no hay un registro de esas variedades, pero hay
un gran inconveniente:
cualquier empresa con más de 10 empleados tiene prohibido su cultivo y uso.
Así que las nuevas variedades para los cultivos
caseros sólo podran ser desarrolladas por pequeñas organizaciones, y
puede ser que no tengan recursos para hacerlo. Habrá muy pocas
variedades profesionales para uso de los jardineros o para la
agricultura sostenible a pequeña escala.
La ley va a reducir las posibilidades de
elección también a los grandes agricultores. En algunos casos, sólo se
permitirán las nuevas variedades vegetales si se aprueban y se demuestra
que son mejores que las que estén actualmente en lista. Esto es
absurdo, ya que a menudo se descubren los beneficios de una nueva
variedad al cabo de varios años, por ejemplo, cuando se observa su
resistencia ante tal o cual enfermedad. En un mercado libre, debería
corresponder a los agricultores decir el uso de las nuevas variedades y
cuáles son aquellas que más les gustan en base a su experiencia.
No hay necesidad real de este nuevo y complejo reglamento. Ya tenemos leyes que protegen al consumidor: las semillas deben ser aptas para su venta; deben coincidir con la descripción y corresponder con lo anunciado. La actual Ley de Semillas ya cubre la defensa de la salud, la trazabilidad y la seguridad. Cualquier persona que produce semillas ya es inspeccionada y sus semillas certificadas por Agencias Estatales.
Este es un ejemplo de Burocracia fuera de
control. No queremos a tantos funcionarios de la UE que son pagados por
mover montañas de papeles para interferir en el derecho de las personas a
cultivar lo que quieran, ni debiera pagarse por el uso de plantas que han sido utilizadas durante miles de años en la agricultura a pequeña escala.
También
resulta preocupante que se hayan dado a sí mismos el poder de regular y
aprobar el cultivo de cualquier especie de planta en el futuro, no sólo
las de uso agrícola, sino las hierbas, musgos, flores, etc, sin tener
que pasar necesiariammente por el Consejo para su votación.
Esta ley ha sido escrita pensando en las
necesidades de las Multinacionales de la Industria Agraria y de
Semillas, que suministran semillas en grandes cantidades para la
producción industrial. Es algo que no debiera aplicarse a los usos
domésticos o los pequeños agricultores que producen para los mercados
locales, que tienen necesidades muy diferentes.
Hacemos un llamamiento para que queden
exentas de forma total en la ley aquellas semillas vendidas en pequeñas
cantidades a los consumidores individuales”.
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