Las empresas transnacionales del sector farmacéutico son objeto de
frecuentes críticas por los abusos de su poder de mercado e incluso
corrupción. Y es que los medicamentos no son una industria como las
demás, sino que sus “leyes de mercado” tienen modalidades particulares.
Primero, por el hecho que tienen un mercado cautivo (personas que
padecen enfermedades o preocupadas por su salud), que es una clientela
vulnerable, cuyas decisiones de compra dependen no tanto de sus gustos,
ni en muchos casos de su real poder de compra, sino de quienes les
recetan los medicamentos (generalmente los médicos) o de la urgencia de
curar o aliviar alguna dolencia a cualquier costo. Se trata también de
un área donde la calidad del producto puede ser de vida o muerte. Esto
último, y la protección de patentes, son factores que disminuyen la
competencia.
Este cuadro le da a la industria farmacéutica
un poder desmedido para fijar los precios de comercialización, no tanto
en proporción al costo real de producción, cuanto que en función de lo
que el precio de mercado puede alcanzar. Los fenomenales ingresos de
estas empresas transnacionales atestiguan de esta realidad; las tres
mayores empresas mundiales: Novartis, Roche y Pfizer, suman en total un
ingreso anual de 129 mil millones de dólares; el PIB de muchos países no
se acerca ni de lejos a esta cifra.
...
Más:
http://www.alainet.org/es/articulo/180785
No hay comentarios:
Publicar un comentario