La contaminación del aire, vinculada con el autismo y la esquizofrenia
Fecha de Publicación: 09/06/2014 - Fuente: InfoSalud - País/Región: Internacional
Un
nuevo estudio publicado en la revista 'Environmental Health
Perspectives' describe cómo la exposición a la contaminación del aire en
una etapa temprana de la vida produce un cambio perjudicial en el
cerebro de ratones, incluyendo una ampliación de parte del cerebro que
se ve en los seres humanos que padecen autismo y esquizofrenia. Al igual
que en estas patologías, el intercambio se produjo principalmente en
los machos y los roedores también se desenvolvieron mal en pruebas de
memoria a corto plazo, capacidad de aprendizaje e impulsividad.
Los
nuevos hallazgos son consistentes con varios estudios recientes que han
demostrado un vínculo entre la contaminación del aire y el autismo en
los niños. En particular, un estudio de 2013 en la revista 'JAMA
Psychiatry' informó que los niños que vivían en zonas con altos niveles
de contaminación del aire relacionada con el tráfico durante su primer
año de vida fueron tres veces más propensos a desarrollar autismo.
"Nuestros
resultados se suman a la creciente evidencia de que la contaminación
del aire juega un papel en el autismo yen otros trastornos del
desarrollo neurológico", dice la autora principal, Deborah Cory-Slechta,
profesora de Medicina Ambiental de la Universidad de Rochester, en
Nueva York, Estados Unidos.
En
tres series de experimentos, Cory-Slechta y sus colegas expusieron a
ratones a los niveles de contaminación del aire que se encuentran
típicamente en las ciudades medianas estadounidenses en la hora punta.
Las exposiciones se realizaron en las dos primeras semanas del
nacimiento, un momento crítico en el desarrollo del cerebro, exponiendo a
los ratones a aire contaminado durante cuatro horas cada día en dos
periodos de cuatro días.
En
un grupo de ratones, se examinaron los cerebros en las 24 últimas horas
de la exposición efectiva a la contaminación, detectando que se desató
una inflamación en todo el cerebro y que los ventrículos laterales,
espacios a cada lado del cerebro que contienen el líquido
cefalorraquídeo, aumentaron entre dos y tres veces su tamaño normal.
"Cuando
observamos de cerca los ventrículos, pudimos ver que la sustancia
blanca que los rodea no se había desarrollado completamente -detalla
Cory-Slechta-- Parece que la inflamación había dañado las células del
cerebro e impedido a esa área del cerebro desarrollarse y los
ventrículos simplemente se expandieron para llenar el espacio".
También
se observó este problema en un segundo grupo de ratones 40 días después
de la exposición a la contaminación y en otro grupo 270 días tras la
exposición, lo que indica que el daño en el cerebro era permanente. Los
cerebros de los roedores de los tres grupos tenían elevados niveles de
glutamato, un neurotransmisor, como se ve en los seres humanos con
autismo y esquizofrenia.
La
mayor parte de la contaminación del aire se compone de partículas de
carbón, principalmente, que se producen cuando el combustible se quema
en las centrales eléctricas, fábricas y coches. Durante décadas, la
investigación sobre los efectos sanitarios de la contaminación del aire
se ha centrado en la parte del cuerpo donde sus efectos más son obvios,
los pulmones.
Esta
investigación empieza a mostrar que los diferentes tamaños de
partículas producen efectos diferentes: las más grandes, las reguladas
por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés)
de Estados Unidos, son en realidad las menos dañinas porque al toser se
expulsan.
Pero
muchos investigadores creen que las partículas más pequeñas, conocidas
como ultrafinas, que no están reguladas por la EPA, son más peligrosas
porque son lo suficientemente pequeñas para viajar profundamente a los
pulmones y ser absorbidas en el torrente sanguíneo, donde pueden
producir efectos tóxicos a lo largo de cuerpo.
Esa
suposición llevó a Cory-Slechta a diseñar un conjunto de experimentos
para mostrar si esas partículas ultrafinas tienen un efecto perjudicial
sobre el cerebro, y si es así, revelar el mecanismo por el que infligen
daño. "Creo que estos resultados van a plantear nuevas cuestiones acerca
de si las normas reguladoras vigentes para la calidad del aire son
suficientes para proteger a nuestros niños", concluye.
De:
http://noticias-ambientales-internacionales.blogspot.com.es/2014/06/vinculan-contaminacion-con-autismo-y.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario