INDITEX, EL CORTE INGLÉS Y CORTEFIEL
Niñas y adolescentes
trabajando sin contrato, privadas de libertad y en condiciones
insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88
euros al día, del que sólo podrán disponer cuando hayan transcurrido de
tres a cinco años y que servirá para pagar su dote matrimonial.
Ese es el sombrío escenario laboral de miles de jóvenes del estado de
Tamil Nadu, al sur de la India, que son empleadas en condiciones que
rozan la esclavitud por empresas textiles de aquel país que luego
suministran sus productos a grandes firmas internacionales, entre ellas
las españolas Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel.
Un exhaustivo y documentado informe
elaborado por el prestigioso Centre for Research on Multinational
Corporations -una organización independiente holandesa sin ánimo de
lucro que escruta a las grandes multinacionales- y el India Committee of
the Netherlands -una ONG del mismo país impulsora de la campaña Clean Clothes (Ropas Limpias) contra la explotación vinculada al comercio textil- saca los colores
a algunos de los gigantes mundiales de la moda por comerciar con esa
presunta red de trabajo esclavo. Entre ellos, Tommy Hilfiger,
Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap, C&A, El Corte
Inglés, Inditex -propietaria de Zara- y Cortefiel.
El informe, titulado Captured by cotton (Atrapadas en el algodón), relata el
proceso de reclutamiento de miles de niñas y jóvenes indias de entre 14
y 20 años por los grandes fabricantes textiles de Tamil Nadu. La
inmensa mayoría de ellas pertenece a los Dalit, la casta más baja de la India, considerada impura
y dedicada a tareas marginales con míseros salarios: limpiadores,
lavanderos, artesanos callejeros... Las adolescentes son atraídas por
sus empleadores con falsas promesas de una vida mejor que incluye comida y alojamiento en las mismas factorías, y empujadas por sus padres por el reclamo de un salario diferido que cobrarán al acabar sus contratos para costear su dote y contraer matrimonio.
Prácticas prohibidas
El pago de una dote fue prohibido por ley en la India en 1961, pero sigue siendo una práctica muy habitual en las zonas rurales y
más deprimidas del país. Muchas familias contraen elevadas deudas para
poder hacer frente a ese gasto, con la esperanza de que sus hijas -y
ellos mismos- salgan de la miseria si logran casarse. En esas
condiciones de marginación y pobreza extrema, la oferta de un salario
con el que pagar su dote y tres comidas al día es un argumento más que
suficiente para que los reclutadores textiles de Tamil Nadu logren
atraer cada año a miles de jóvenes a lo que se ha bautizado como Plan Sumangali (la palabra tamil sumangali se aplica a las mujeres solteras que aspiran a casarse, ser felices y verse colmadas de bienes materiales).
De
las cuatro grandes fábricas manufactureras que copan la producción en
ese estado indio citadas en el informe -Eastman Exports, SSM India,
Bannari Amman Group y KPR Mill-, Eastman Exports tiene entre sus principales clientes
a Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel. Los autores del estudio,
elaborado sobre el terreno con entrevistas a más de un centenar de
empleadas y ex trabajadoras, además de sindicalistas, miembros de ONG's y
académicos, revelan que ese conglomerado indio tiene 24 centros
textiles y una capacidad de producción de seis millones de prendas de
ropa interior al día y otros seis millones de pantalones, faldas y
vestidos al mes.
Un portavoz oficial de El Corte Inglés reconoció ayer a El Confidencial que Eastman Exports es uno de los proveedores de la firma presidida por Isidoro Álvarez, pero aseguró que la compañía india ya ha abandonado las prácticas del Plan Sumangali y ha superado con éxito dos auditorías internacionales BSCI
(Business Social Compliance Initiative), un sistema ideado por las
grandes multinacionales para evitar auditorías múltiples y redundantes a
sus principales suministradores. "Eastman Exports, según las auditorías
BSCI, sólo comete ahora algunas infracciones leves", añadió el citado portavoz.
Jornadas laborales interminables
El informe Captured by cotton admite, en efecto, que Eastman Exports suprimió en 2010 el pago diferido a sus trabajadoras, pero añade a continuación que éstas sufren aún prácticas abusivas, muy cercanas a la explotación laboral,
por parte de la compañía india. Entre otras, una semana laboral de 72
horas, con jornadas forzosas de 12 horas diarias durante los picos de
producción y sin recibir a cambio compensación económica; libertad de
movimientos estrictamente restringida al interior del complejo textil,
que sólo pueden abandonar una vez al mes y bajo vigilancia; contratos
exclusivamente verbales que son frecuentemente violados por la empresa y
prohibición expresa de afiliarse a un sindicato.
Desde Inditex, por su parte, aseguraron que el informe fue analizado en junio de 2011 por la Ethical Trading Initiative
(ETI), una organización internacional con sede en Londres que combate
la explotación laboral, y de la que forma parte la multinacional gallega
fundada por Amancio Ortega.
"Inmediatamente se adoptaron acciones preventivas para impedir que
cualquiera de las situaciones de riesgo señaladas en el informe se
pudieran llegar a producir", señaló ayer un portavoz de la compañía.
"Tras nueve meses de trabajo, el resultado final apunta a que las situaciones de riesgo están ahora monitorizadas y se persiguen de forma eficaz las irregularidades", añadió.
Precisamente el pasado miércoles, durante la presentación en Madrid de los resultados de Inditex en 2011, un periodista de la televisión pública francesa France 2 preguntó al presidente de la compañía, Pablo Isla,
por qué permite el trabajo infantil en algunos de sus proveedores
indios, y aseguró que la cadena emitirá en mayo un documental en el que
supuestamente se demuestra que Inditex tolera la explotación de niños de
14 años. Isla respondió que esas preguntas eran "improcedentes" y estaban "fuera de lugar".
Por
último, un portavoz de Cortefiel, otra de las firmas españolas que
comercia con Eastman Exports, señaló que la compañía textil india "es un
proveedor de clase A que cumple todos los certificados y que no está
dando problemas". El mismo portavoz añadió que Cortefiel "no ha detectado esas deficiencias
que menciona el informe", y que el grupo -propietario de marcas como
Springfield, Women'secret o Pedro del Hierro- "no tolera en sus
proveedores comportamientos socialmente inaceptables".
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