Si el sueño de futuro de las mentes que dirigieron la tecnología en los 80 hubiera sido sostenible, en estos momentos la humanidad no tendría que enfrentarse al desastre climático, la crisis energética y el colapso ecosistémico
Después de los magníficos artículos que Jorge Riechmann y Antonio Aretxabala han escrito estos meses sobre el desarrollo del 5G queda poco que añadir sobre los costes ambientales y las consecuencias sociales de esta tecnología. Tanto el derroche de recursos y la contaminación por minería que describe Aretxabala, como la aceleración de las dinámicas de colapso, el control social, la alienación y el nada despreciable riesgo para la salud humana de los que habla Riechmann, han sido ya muy bien descritos. Por eso solamente me gustaría añadir una idea: el 5G puede convertirse en un freno a la tecnología... a la tecnología que realmente necesitamos.
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