Resultado de la aplicación desde la década de los años
ochenta de las políticas públicas neoliberales, ha habido una enorme
concentración de las rentas y de las riquezas, que se ha acentuado
todavía más durante la crisis actual. Niall Ferguson, profesor de la
Harvard University, acaba de publicar un artículo “The End of the
American Dream? How Rising Inequality and Social Stagnation are
Reshaping US for the worse”, que documenta hasta qué punto dicha
concentración ha ocurrido en EEUU. El 1% de la población (los súper
ricos) con mayores rentas y riquezas del país, posee el 42% de todo el
capital financiero del país, y son los que se han beneficiado más de los
rescates públicos de la banca con fondos públicos federales. “Salvar a
la banca” (expresión ampliamente generalizada) ha sido, en realidad,
salvar a este 1%. Es este 1% el que es el centro del poder financiero y
económico del país, al cual se refiere el movimiento social de rebelión
llamado Occupy Wall Street.
Esta enorme concentración, facilitada por el gobierno federal de
EEUU, ha incrementado las desigualdades hasta tal punto que las
posibilidades de ascenso social en aquel país han disminuido
notablemente. El “sueño” americano, que se basaba en el supuesto de que
todo el mundo, por muy humildes que fueran sus orígenes, podía alcanzar
la cúspide, está desapareciendo muy rápidamente. Hoy en EEUU la variable
más importante para conocer la clase social (y el nivel de renta) de
una persona es conocer la que tenían sus padres cuando nació. Y las
variaciones existentes se limitan a movilizaciones dentro de tramos
relativamente próximos. La movilidad social es limitada dentro de
estrechos márgenes. Aunque los medios de información se centran en los
casos exitosos de movilidad ascendente, la evidencia muestra que son
casos excepcionales, es decir, no comunes. En realidad, hay menos
movilidad en EEUU que en muchos países europeos, y mucha menos que en
los escandinavos. En EEUU existe una cúspide, que posee la mayoría de
recursos financieros, que se ha distanciado de la mayoría de la
población y que, consecuencia de su enorme poder político, no contribuye
al resto de la sociedad. Su aportación al Estado a través de impuestos
ha disminuido considerablemente.
El falso conflicto entre grupos etarios esconde el conflicto de clases.
Esta observación es de particular importancia a raíz de la constante
argumentación promovida por el capital financiero de que existe un
conflicto entre los grupos etarios de nuestras sociedades, de manera que
la gente mayor está consumiendo recursos públicos en exceso y a costa
de los grupos jóvenes, que reciben mucho menos. Constantemente se hace
referencia al hecho de que el 10% del gasto social del gobierno federal
va a los jóvenes y el 41% a los ancianos, subrayando que hay mayor
pobreza entre los jóvenes que entre los ancianos.
Este argumento ignora y oculta que el mayor problema no es en el
gasto, sino en los ingresos al Estado. Es el enorme dominio de las
élites financieras (el 1%) y sus aliados (que incluyen el 20% de renta
superior), que no contribuyen lo que deberían, lo que empobrece al
Estado, y por lo tanto, al Estado del Bienestar. Y es esta élite la que
utiliza el Estado directamente para su beneficio, como queda claro con
el caso del rescate bancario. Un caso idéntico está ocurriendo en España (ver mi artículo “España es un país extraordinariamente desigual”. Público 25.07.13)
No es por casualidad que el padre del neoliberalismo, Friedrich
Hayek, sustituyera la lucha de clases (que es el expolio de la mayoría
social por la élite financiera y empresarial) por un supuesto expolio de
los jóvenes por los ancianos, profetizando, en 1960, que “a finales del
siglo XX los ancianos dependerán de la caridad de los jóvenes (…) pero
ello tendrá sus límites; los jóvenes que trabajen en la policía y en el
ejército decidirán la solución: se crearán campos de concentración para
los ancianos que no puedan sostenerse por ellos mismos y que se
sostenían antes con las rentas derivadas de la explotación de los
jóvenes” (citado en el artículo de Ferguson). Hayek, el gran
reaccionario neoliberal, gurú de los economistas neoliberales, se
muestra tal y como es en realidad en este párrafo.
La realidad es que, en nuestros países, el 20% de la población tiene
la gran mayoría de la renta y de la riqueza, y que dentro de ella, el 1%
tiene el 42% de todo el capital financiero (basado en gran parte en
especulación), una realidad ocultada en esta supuesta lucha de los
jóvenes en contra de sus padres y abuelos. No es de extrañar que sea
esta la teoría (la lucha generacional) preferida por el 1% y sus aliados
(que incluyen la mayoría de los medios). Así de claro.
*Artículo publicado en el diario digital EL PLURAL el día 29 de julio de 2013
http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/07/31/el-impacto-del-rescate-financiero-en-las-desigualdades-de-renta/
No hay comentarios:
Publicar un comentario