Siempre fui una persona de buena salud, vital y trabajadora. Sensible, sí, pero eso no es una enfermedad. Simplemente, como tantas personas sensibles en España, nuestro sistema neuro-sensorial es más receptivo y sensible a los agentes externos: a las emociones, acontecimientos, contaminantes ambientales y también al dolor ajeno. De ahí a estar enfermo hay un largo recorrido.
Obligados a vivir fuera del sistema, adaptando el trabajo, tu casa, y hasta tus relaciones personales
Tablets, móviles con datos, 4G, wifi, antenas, trasformadores, contadores digitales, Smart TV, aires inalámbricos, alarmas de seguridad vía radio, vehículos conectados… es lo que se defiende a capa y espada. Otros intentamos escapar, pero no nos dejan. Es una dictadura tecnológica.
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