
Gerard Batalla (la Sentiu de Sió, 1978) hace años que es campesino en su pueblo y lo combina con la defensa del oficio y la alimentación de proximidad, la agricultura ecológica y un nuevo modelo agroalimentario lejos de la lógica del capitalismo salvaje. Batalla forma parte de la Assemblea Pagesa, ha estado detrás de la plataforma Som lo que Sembrem y la iniciativa legislativa popular (ILP) impulsada contra los transgénicos y fue uno de los promotores del Multireferèndum. Actualmente, además de cultivar lentejas y garbanzos y de hacer harina ecológica, también participa en el proyecto “Culturas encontradas” para recuperar semillas autóctonas. En medio de un confinamiento rural que encuentra injusto y urbanocéntrico, hablamos sobre el derecho a la alimentación y el trabajo de los pequeños campesinos como modelo a defender.
Desde el mundo rural y campesino, ¿qué lección extraes de esta crisis?
Que la manera en que vivimos es muy vulnerable. Un ejemplo: cada temporada, los agricultores de la fruta traen mano de obra de otros países para cosecharla; pero, cuando hay una crisis sanitaria y las fronteras se cierran, tienen problemas. Se ha ido muy lejos con la industrialización agrícola. Parecía que todos teníamos que ser grandes empresarios, crecer y exportar…, y ahora se ve que este modelo tiene muchas carencias. Esta crisis nos hace cuestionarnos qué producimos y cómo obtenemos los alimentos que comemos.
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Más:
https://madridenaccion.org/preguntarnos-como-producimos-lo-que-comemos/
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