viernes, 15 de mayo de 2015

Envenenándonos, rociando impúnemente kilómetros de cunetas en nuestras carreteras con herbicidas cancerígenos.

Cada año llega marzo y alguien quiere vender herbicidas, por ejemplo Glifosato componente fundamental del RoundUp de la horrible Monsanto que patentó su Soja transgénica para que muriese todo menos lo que no pague su patente (y a veces también).

Vemos como se van poniendo marrones cientos de kilómetros (toneladas de cancerígenos) en las cunetas en el espacio fumigado adelantando así el riesgo de incendios pues lo único que podría arder es esa zona seca.

Esta barbaridad la mayoría de las veces se realiza de forma impune incumpliendo la normativa legal vigente como el anunciar con qué y cuándo se fumigará y en condiciones adecuadas sin viento, etc. Como para poder fumigar en un municipio hay que solicitar permiso al Ayuntamiento (poca cosa pues por silencio administrativo… permiso concedido) no lo comunican y listo. Por ejemplo en municipios como el nuestro donde no podrían.

Vemos pastar ovejas en la zona envenenada, pasear vecinos, jugar niños. A menudo junto a las mismas viviendas sin previo aviso, cauces de agua, …

Por si fuera poco la vegetación que se pretende eliminar se va haciendo resistente a estos tóxicos y cada vez es más ineficaz y necesaria más cantidad. 

Si no hacemos nada ya sabemos lo que nos espera de nuevo.













Artículo y fotografías: Fernando Núñez.

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