Esta serie de experimentos científicos nace de la inquietud por la distancia que existe entre el público y la danza contemporánea. Desde una voluntad de diálogo y diversión, proponemos una serie de piezas cortas que abordan la figura de iniciadoras e iniciadores de la danza moderna desde una perspectiva informada, crítica y sacrílega. ¿Qué supuso la aparición de la danza moderna a principios del siglo XX y quiénes eran estos pioneros? ¿Por qué es importante entender su aportación para conocer las claves de la danza y los lenguajes escénicos actuales?
Mientras la danza tiene un reconocimiento cada vez mayor en ámbitos artísticos y académicos, el acercamiento al público no avanza al mismo ritmo. La danza serpentina de Loïe Fuller se expone en los grandes museos de arte contemporáneo, pero el personaje que una vez deleitaba a todo tipo de público en un music hall se ha convertido en un fetiche de la élite artística internacional, y en una desconocida para el gran público.
Loïe Fuller, Isadora Duncan, Vaslav Nijinski, Mary Wigman y Rudolph Laban son los protagonistas del experimento. Sus distintas aportaciones supusieron el inicio de la llamada “danza moderna” y la comprensión de lo que esto pudo suponer es un primer paso para entrar en relación con la danza actual. Con este proyecto nos proponemos estudiar su trabajo desde un enfoque “lúdico-deconstructivo” . Nuestro interés consiste en volver sobre la historia para comentarla, desglosarla, revisarla, deconstruirla y hacerla propia.
Escenas que se mueven entre la stand-up comedy, la ponencia universitaria, el monólogo teatral y la danza. Funcionan como un todo y también de forma individual. Son capítulos de una serie, una especie de novela por entregas. Se pueden ver juntas o por separado. Son un entretenimiento, un panfleto y un tratado de estética. Todo junto: un intento de profanar la danza. Algo necesario.
Durante la primera fase la compañía ha abordado la reconstrucción de la danza serpentina de Loïe Fuller.
Después de Loie, la compañía Snomians Teatro abrirá un diálogo con el público con el fin de integrar sus apuntes y comentarios dentro del proceso de investigación escénica. En la segunda fase, que comienza ahora, la compañía está elaborando piezas sobre Vaslav Nijinski, Isadora Duncan, Rudolph Laban y Mary Wigman.
Duración: 30 minutos.
Bono de apoyo: 4 euros.
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Dirección y dramaturgia: Ana Kuntzelman
Intérpretes: Ada Fernández, Marcos García Barrero y Leire Asarta
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A modo de manifiesto: receta divulgativa para profanar la danza
1- Para empezar a entender algo lo primero que debo hacer es reconocer que no lo entiendo. Un ejemplo reconocible: no entiendo el jazz, no me dice nada. ¡Pero quiero entenderlo! ¿Por qué? Porque parece que hay gente que disfruta mucho de ello, porque quiero parecer culta, porque a mi novia le encanta, porque tengo curiosidad, porque… Empecemos por asumir que hay obras que nos dejan frías, que no nos dicen nada, que incluso nos molestan porque hacen patente una falta de conexión con algo, una realidad supuestamente informada, una gente -los “expertos”- que consideran que eso es bueno, y para mí no es nada. Esto me hace sentir inculta, y ser inculta me hace sentir mal. Quiero cambiar esta situación.
2- No es oro todo lo que reluce. No se puede hacer este proyecto para demostrarle a la gente lo maravillosa que es la danza y todo lo que se están perdiendo. Hay que abrir efectivamente las puertas a la crítica, a la posibilidad de que se hayan encumbrado figuras que son dudosas o que directamente no lo merecen. O que lo merecen pero no por los motivos que se han aducido, sino por otros. Actitud crítica real.
3- Me da igual lo que te gusta. No es importante poder decir, me gusta, no me gusta, es un genio, es una loca. Lo importante es poder incorporarlo a la propia vida, al pensamiento. Entender la complejidad del trabajo de una persona, conocerlo y utilizarlo, unas veces con mayor admiración, otras con ninguna. Familiarizarse con los creadores para poder habitar ese universo y que habiten el nuestro. Entender, sobre todo, que gran parte de ese universo no responde a la agencia de los creadores, sino a nuestra propia mirada y codificación sobre ello. Capacidad discursiva y apropiación.
4- Bailar mucho, pensar más, participar de nuestro experimento y no tomarnos demasiado en serio.
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