El autor, Miguel Coma, concluye con una pregunta crucial que apela a nuestra responsabilidad por el futuro del planeta y de nuestra vida en la Tierra. “El 5G no es una respuesta a las demandas del mercado. Nada puede justificar unas infraestructuras 5G nuevas, masivas y que consuman tanta energía. ¿Podrían los legisladores, los proveedores y los consumidores que realmente pretenden reducir el uso de energía, la extracción y las emisiones de gases de efecto invernadero, evitar el crecimiento ilimitado de datos móviles y, por tanto, comprometerse a hacer uso de las infraestructuras existentes?”[3]
Ante este futuro, las preguntas claves aquí y ahora son ¿por qué en un
conciliábulo privado-público se pretende que un millón de dispositivos
por kilómetro cuadrado funcionen conectados entre sí por WiFi? ¿Por qué
instalar antenas de ondas milimétricas cada cincuenta o cien metros, en
las paredes de los edificios e incluso dentro de los enrutadores ADSL,
que harán que se multipliquen de manera exponencial, permanente e
irreversible los daños para la salud física y psíquica humana y el medio
ambiente, sumándose a los producidos por radiaciones no ionizantes del
3G y 4G que operan simultáneamente?
...
Más:
https://www.cambio16.com/mas-alla-de-los-mitos-y-la-propaganda-la-verdad-del-5g-i/
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