Adrián Almazán
Debemos oponernos rotundamente a la introducción del pasaporte COVID,
que convertirá nuestra vida cotidiana en una colección de infinitos
check points.

Hemos alcanzado el límite en el que no podemos seguir guardando silencio (si es que alguna vez lo hemos guardado) ante las medidas que con cada vez más virulencia los estados de todo el mundo imponen en el marco de la pandemia de la COVID-19. Durante las últimas semanas hemos visto cómo primero en Francia, no sin resistencias y oposición, el gobierno de Macron ha impuesto una nueva ley que hace obligatoria la vacunación para todo el personal médico y, además, introduce el uso de un pasaporte sanitario que certifique estar al día en la misma para poder acceder a cines, restaurantes y teatros (dentro de poco, si sus planes se cumplen, también a trenes y aviones). Su ejemplo lo han seguido ya países como Portugal, Grecia o Italia, que habla ya de pasaporte sanitario obligatorio para profesores y alumnos. Estas leyes están imponiendo de facto la vacunación, y en la mayoría de los casos la tenencia de un smartphone, como condición de acceso a la vida social.
Estas leyes están imponiendo de facto la vacunación, y en la mayoría de los casos la tenencia de un smartphone, como condición de acceso a la vida social.
Son muchos los riesgos asociados a la extensión de este tipo de
certificación obligatoria. Por un lado, este pasaporte sanitario
sentaría el precedente de una mediación burocrática que se convierte en
imprescindible para el desarrollo de actividades del día a día. Si al
final el pasaporte sanitario fuera necesario para entrar a bares,
teatros, cines o trenes (como lo es ya hoy para los viajes
internacionales), será imposible hacer casi nada sin contar con él.
Nuestro mundo se convertirá en una sucesión de infinitos check points,
ampliando hasta el absurdo el papel que hoy juega el pasaporte para la
movilidad interterritorial. Ahora, ¿acaso la historia de esta medida de
control burocrático no es una clara evidencia de que las derivas que
éstas pueden tomar una vez se introducen en la sociedad son tan
imprevisibles como, por lo general, peligrosas?
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