El pueblo idílico de Bustarviejo
vive con su escuela al borde del colapso. Profesores que no dan más de
sí, clases con alumnos fuera de ratio, niños con necesidades especiales
que todavía no han recibido un diagnóstico y un centro que se queda
pequeño. En la sierra norte, a 55 kilómetros de Madrid, el pulmón de la
región tiene un polvorín entre sus montañas: el claustro al completo de
la escuela rural Montelindo empezará el próximo lunes unos paros hasta
nuevo aviso. Los profesores ya no pueden más y han decidido jugársela al
todo o nada, aunque tengan que cargar a partir de ahora con algo
inaudito: ser el primer colegio en 20 años en la región en lanzarse a
los paros indefinidos de forma individual y unilateral. Y el curso acaba
de comenzar.La escuela rural se siente abandonada, desatendida e ines el CEIP Montelindo, con 232 matriculados hasta el momento, 12 de ellos diagnosticados con necesidades especiales. Ese número puede oscilar durante todo el año porque, al ser el único centro del pueblo, está obligado a aceptar nuevas incorporaciones en cualquier momento, siempre que entren en su ratio legal. Este curso, el colegio ha recibido a 13 alumnos nuevos y ha dicho adiós a dos profesores. Más niños, menos personal y una escuela que no se puede estirar más. Inaugurada en 1981, la última reforma estructural que se hizo fue en 1991, cuando se dividieron varias aulas. “Se ha quedado obsoleta, parece una escuela de Cuéntame”, explica Alberto Pérez, padre de un alumno y representante del AMPA. “Por supuesto, aquí olvídate de bilingüismo o de aulas de tecnología”.
comprendida. La región madrileña cuenta con 1.117 centros públicos de infantil, primaria y secundaria. En Bustarviejo, 2.500 habitantes y un crecimiento de población del 17,5% entre 2009 y 2019, la única escuela que atiende a los niños de infantil y primaria
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https://elpais.com/ccaa/2019/09/20/madrid/1569003495_874059.html
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