Por: Rodrigo Bernardo Ortega abril-2019
El
Laboratorio Latinoamericano de Biotecnología ubicado en Managua,
Nicaragua y comúnmente conocido como el proyecto Mechnikov (en honor
al gran microbiólogo ruso Iliá Mechnikov, premio Nobel de medicina
en 1908) es uno de los programas de cooperación más importantes de
la última década en América Latina. Desde el inicio de operaciones
en el primer semestre de 2018, el proyecto ruso-nicaragüense ha
demostrado convertirse en una auténtica alternativa para la creación
de vacunas y medicamentos que beneficiarán a la población
latinoamericana. El modelo se basa, según el presidente de la
Seguridad Social de la nación centroamericana, Roberto López, en la
constitución de una empresa mixta en Nicaragua donde el 40% de las
acciones son del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social y el 60%
restante pertenece a la Federación Rusa por medio del Instituto de
Vacunas de San Petersburgo (https://sptnkne.ws/kg5a).
A pesar de los múltiples beneficios del proyecto, instituciones
médicas y medios de comunicación occidentales han buscado torpedear
los avances conseguidos. Entre las diversas estratagemas, parte de la
prensa difundió un rumor según el cual el proyecto estaba “a
punto de colapsar” debido a la ausencia de pagos a los
profesionales y a ciertos problemas en infraestructura. Sin embargo,
como fue demostrado categóricamente, la institución no sólo sigue
funcionando sino que además se proyecta en 2019 como uno de los
mecanismos de integración latinoamericana más visibles y efectivos.
No
debe perderse de vista, empero, que los ataques en contra del
proyecto Mechnikov continuarán por parte de asociaciones médicas
norteamericanas que poseen el monopolio de la producción y
distribución de vacunas en el continente. Por esta razón, en lo que
sigue expondremos cinco razones para respaldar la continuación del
proyecto. La primera de ellas es porque significa un claro mecanismo
de integración político, social y económico para América Latina.
En efecto, una de las metas planteadas por la fábrica de vacunas
ruso-nicaragüense es vender los productos al fondo rotativo de la
Organización Panamericana de la Salud (centro que se encarga del
acopio de vacunas en el continente) con el propósito específico de
venderlas a bajo costo. Este hecho supondría una mejora notable en
la salud y calidad de vida de los habitantes del continente pues
rompería con el ciclo hegemónico de las farmacéuticas
norteamericanas.
En
tal sentido, el Laboratorio de Biotecnología tiene proyectado
producir, para el segundo semestre del año en curso, 12 millones de
vacunas contra la influenza. Esta cifra significaría un avance
trascendental en la lucha contra esta enfermedad, más si se toma en
consideración que al menos 392 personas murieron en Nicaragua en el
transcurso de 2018 a consecuencia de la neumonía, una de las
principales complicaciones de la enfermedad. Además de lo anterior,
estudios han revelado que la vacunación reduce en 30% el riesgo de
muerte por influenza en diabéticos
(https://www.elnuevodiario.com.ni/suplementos/ellas/478940-vacuna-reduce-riesgos-muerte-influenza-diabetes/).
Estas
cifras hacen pensar que la producción de vacunas en el continente
son una necesidad de primer orden y un mecanismo idóneo para su
integración, pues como lo han manifestado autoridades de la
Seguridad Social de Nicaragua, el objetivo es que al cubrir la
demanda local de vacunas, las restantes sean enviadas a las naciones
latinoamericanas con el fin de evitar las muertes prematuras.
La
segunda razón para apoyar el proyecto Mechnikov es el hecho objetivo
de que es una institución confiable y segura para abastecer a los
países de la región en caso de una epidemia. De hecho, el
Laboratorio de Biotecnología ha recibido el aval de prestigiosas
instituciones como la mencionada Organización Panamericana de la
Salud (OPS), que observó con beneplácito la construcción del
centro de vacunas. Si un establecimiento como el antes mencionado da
su visto bueno sobre la producción y comercialización de antídotos
es porque se cumple con los criterios técnicos y humanos, de ahí
que su uso sea seguro y apropiado. Por si fuera poco, la Organización
Mundial de la Salud (OMS), ente rector de la materia en el ámbito
global, también respaldó la iniciativa como un medio eficaz para
combatir los virus que causan víctimas mortales anualmente. Con
todo, queda demostrado que con el objetivo de sembrar el caos la
prensa pagada por las grandes farmacéuticas ha iniciado una campaña
de desprestigio en contra del proyecto
(https://www.laprensa.com.ni/2018/04/13/nacionales/2403470-gobierno-ruso-hace-nuevo-intento-por-revivir-planta-de-vacunas-mechnikov
).
Sin embargo, la supuesta crisis de 2017 (en caso de que haya
existido) quedó superada con el anuncio de la producción de las
vacunas contra la influenza y el respaldo categórico de las
organizaciones encargadas de los temas de salud.
El
tercer motivo para respaldar la institución ruso-nicaragüense es la
ruptura de la hegemonía de Estados Unidos en la producción y
distribución de vacunas en el mundo y la diversificación de apoyos
internacionales en la búsqueda de soluciones a las epidemias y
enfermedades que afectan a América Latina. Aunque pase
desapercibido, el hecho de que las principales farmacéuticas
respondan a los intereses de la Casa Blanca es un asunto mayor, toda
vez que el país del norte tiene el control, el tiempo y la creación
de la dinámica oferta-demanda sobre la cura a enfermedades
complejas. Dicho de otra manera, Estados Unidos tiene la llave para
un eventual control demográfico pues podría negar el acceso a
vacunas a cierta parte de la población mundial entre ellas las
regiones históricamente más afectadas: África y América Latina.
La
estrategia de Washington es de doble filo puesto que por una parte ha
pretendido obtener la patente de vacunas como la del virus Ébola
(http://www.bitacora.com.uy/auc.aspx?6577,7)
y, por otra, ha sido el artífice mismo de enfermedades creadas a
partir de laboratorio. En efecto, según un informe de la cadena
libanesa Al Mayadeen, en laboratorios secretos ubicados en Asia
central, el gobierno de Estados Unidos está modificando moscas y
mosquitos genéticamente para propagar “virus mortales” por todo
el mundo. El objetivo es crear bacterias y toxinas con el fin de
exponer a millones de personas a agentes patógenos peligrosos y con
ello expandir enfermedades incurables
(https://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/367110/laboratorios-eeuu-virus-guerra-biologica).
Este proyecto geopolítico de largo alcance busca como se dijo con
anterioridad, ejercer un control sobre la población mundial, creando
de paso un lucrativo negocio relacionado con el acceso a las vacunas.
Así pues, con iniciativas como el laboratorio Mechnikov se estaría
quebrando con el círculo vicioso de la supremacía estadounidense,
al tiempo que se crearían alternativas reales para la protección de
poblaciones vulnerables en el continente y el sur del globo.
En
este orden de ideas, el cuarto argumento a favor del proyecto
Mechnikov se relaciona con la oportunidad de convertir el continente
Latinoamericano en un epicentro de cooperación internacional. Debido
a la demanda de medicamentos y vacunas, el Laboratorio de
Biotecnología es un centro de acopio fundamental para el desarrollo
de antídotos. Lo anterior quedó demostrado en octubre de 2017
cuando representantes de la Organización de las Naciones Unidas para
el Desarrollo Industrial -división América Latina y Caribe- (UNIDO)
discutieron los desafíos y oportunidades respecto a la transferencia
de tecnología a este continente con miembros del Instituto de
Investigación científica de vacunas y sueros de San Petersburgo. En
este marco se consideró el fortalecimiento de las alianzas entre
América Latina y Rusia como se consigna en el documento final de la
propuesta
(https://www.unido.org/news/unido-and-russia-working-vaccine-production-technology-transfer-improve-healthcare-latin-america-and-caribbean).
Desde esta perspectiva, el proyecto Mechnikov puede convertirse en la
puerta de entrada para futuros programas de cooperación con
distintas naciones del mundo que persigan la equidad y la democracia
como principios rectores en la búsqueda de bienestar de las
poblaciones en situación de pobreza.
Finalmente,
la quinta razón tiene que ver con las proyecciones y perspectivas de
un centro médico de altísima calidad en el corazón del
subcontinente latinoamericano. De acuerdo con especialistas de la
salud, el 2019 será un año crucial para la contención de
enfermedades y epidemias, con lo cual, el desarrollo de las vacunas
de influenza en nuestro hemisferio podrían ser determinantes si se
considera que en el segundo semestre del año pueden estar en etapa
de comercialización. Además, el laboratorio de biotecnología se
proyecta como un centro de investigación en otras enfermedades como
el sarampión, tétano y fiebre amarilla sobre las cuales se han
hecho diversos ensayos sin mucho éxito. De acuerdo con portavoces
del instituto Mechnikov, también se podrían envasar algunos
productos biotecnológicos como la eritropoyetina, un tratamiento
complementario para pacientes que están en hemodiálisis.
El
proyecto ruso-nicaragüense fortalecerá los estudios relacionados
con las enfermedades endémicas del continente tales como el dengue,
Chikunguña y la infección parasitaria de Chagas. De esta manera, en
el laboratorio se crearía nuevo conocimiento con claro beneficio
social, abriendo espacio a una posible multiplicación de los centros
de investigación vía transferencia de tecnología que se encuentra
amparada por las Naciones Unidas. De mantenerse, el proyecto
Mechnikov podría contribuir de manera definitiva a la búsqueda de
alternativas a las enfermedades que aquejan al subcontinente
latinoamericano. Por todas las razones antedichas, el reto para las
naciones de la región es hacer frente a las calumnias provenientes
del Pentágono que buscan desacreditar cualquier intento de
independencia y unión en torno a una problemática tan delicada como
la salud de millones de personas. Es necesario que se diversifiquen
los mecanismos para la expansión de soluciones que surjan desde el
ámbito de las naciones latinoamericanas. Si se desafía el poder
hegemónico de Estados Unidos y se combate la representación según
la cual, cualquier alternativa que cuestione ese poder es perjudicial
para la “seguridad global”, se avanzará considerablemente en la
creación de un bloque de países libres y soberanos que se preocupen
más por sus pobladores que por el beneficio económico de un puñado
de empresarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario