La vocalista y música madrileña Camila Monasterio presenta en La Selecta una colección propia y atrapadora de canciones de blues, soul y reggae en acústico, arropada por el guitarrista Javier Ochoa. En el primer viernes de julio, cuando caiga la noche serrana, tendremos el privilegio de escuchar las melodías, en versión minimalista, de una artista inteligente y comprometida, cuya carrera musical no ha hecho nada más que comenzar.
Así describe Camila Monasterio su trabajo musical: “Desde que descubrí la música jamaicana, me quedé atrapada en su ritmos y armonías. Y sólo me atreví con ella. Aunque paralelamente algo me llevaba a sonoridades que acariciaban el blues o el soul. Que a veces incluso pasaban por Brasil. En el intento por recorrer este camino personal y musical inédito, surge este proyecto. Al calor de amistades y compañías infalibles”.
CLÁUSULA MANTERA
A Camila Monasterio le honra, entre otras muchas cosas, haber creado la llamada Cláusula Mantera que permite “el uso comercial y venta de la obra a todas las personas que venden en su manta”.
Toda la obra de Monasterio tiene una licencia copyleft que incluye esta cláusula. La manta es el único medio que muchas personas tienen para apenas sobrevivir. Y no es ningún sueño para nadie. No causan un gran daño a la industria ni a la capacidad de crear, pero el castigo que se les puede aplicar es, de lejos, desproporcionado.
“A pesar de que es bastante improbable que mi música acabe en la manta de nadie (ojalá), quiero lanzar, a modo de símbolo, un mensaje: que la criminalización y acoso al que se somete a los manteros en aras de la protección de los derechos de propiedad intelectual es una barbaridad. Porque, en nombre del arte, crea circuitos de exclusión y no construye una ciudadanía capaz de salir adelante en condiciones de igualdad. Porque duele mucho más de lo que aporta”, ha escrito Camila Monasterio, quien ha desarrollado esta iniciativa para invitar al debate y a la construcción de un modelo que no se sustente en contradicciones e injusticias. “La manta como paradigma de la supervivencia doméstica dentro de la voracidad del mercado”.
Desde 2010 la venta en la manta por debajo de 400 euros es una falta penal que se castiga con multas y localización permanente. Pero la próxima reforma del Código Penal que pretende el actual Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, elimina sin justificación ni necesidad todas las faltas penales, y muchas de estas pasan directamente a ser delitos leves. Este es el caso de la manta, donde vendedores/as se enfrentarían a elevadas multas e incluso a penas de cárcel. Además, tendrían antecedentes penales, con lo cual nunca conseguirán los papeles, y si los tienen, es muy probable que los pierdan.
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